RDF Revista de Filosofía (La Plata), vol. 54, núm. 2, e116, diciembre 2024 - mayo 2025. ISSN 2953-3392
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Investigaciones en Filosofía IdIHCS (UNLP - CONICET), Departamento de Filosofía y Doctorado en Filosofía

Reseñas

Reseña de D'Amico, C. (2023). Hildegarda de Bingen. Filósofa de lo invisible. Buenos Aires, Galerna, 230 páginas

Emilio Nahuel Martínez
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina
Cita sugerida: Martínez, E. N. (2024). [Reseña del libro Hildegarda de Bingen. Filósofa de lo invisible por C. D'Amico]. Revista de Filosofía (La Plata), 54(2), e116. https://doi.org/10.24215/29533392e116

La editorial Galerna, suma un nuevo título a su colección “la otra palabra”, dirigida por Jazmín Ferreiro. Esta colección da lugar a grandes figuras femeninas de la historia, algunos de sus títulos son Las griegas. Poetas, oradoras y filósofas, a cargo de Mariana Gardella y Simone de Beauvoir; Filósofa de la libertad, de Danila Suárez Tomé. En este caso, la colección se amplía con Claudia D’Amico presentando a Hildegarda, una mujer del siglo XII, abadesa benedictina reconocida por tener visiones proféticas sobre el mundo, la naturaleza y la humanidad.

D’Amico, Doctora en Filosofía, profesora titular de Filosofía Medieval e investigadora principal del CONICET, hará foco en el carácter filosófico del trabajo intelectual de Hildegarda, explicando que debemos tomar en cuenta que las visiones conforman un universo simbólico cargado de contenido conceptual que fundamenta la praxis naturalista, medicinal y artística de Hildegarda.

Este libro ofrece un amplio comentario filosófico por parte de D’Amico, el cual se divide en un ensayo de ocho capítulos, junto a una selección de textos con traducciones previas e inéditas realizadas por D’Amico, que reúnen aspectos biográficos de Hildegarda, pasando por sus experiencias personales íntimas con sus visiones, su trayectoria como teóloga, líder de mujeres, e inclusive los prejuicios y dificultades que tuvo que afrontar a causa de la misoginia.

Luego de que en el primer capítulo se describa la biografía y el inicio de las visiones de Hildegarda, en el segundo, “Pobrecita forma nacida de una costilla…”, D’Amico explica la formación intelectual de Hildegarda, que ignoraba las artes liberales y carecía de formación suficiente en la lengua latina como para poder estar a la altura de los teólogos. Sin embargo, Hildegarda tenía una gran valoración por las artes liberales, así como su vinculación con la tradición del clamor y la profecía y con la doctrina agustiniana del maestro interior. Hildegarda misma explicita las fuentes de su conocimiento: proceden directamente de Dios.

En el tercer capítulo, “Filosofía, teología, sabiduría”, D’Amico nos explica qué se entiende por “filosofía” en el siglo XII: una concepción era la vida monástica, con meditación y búsqueda de la verdad; el otro modo era la disputa practicada por los maestros de dialéctica en el ámbito de las ciudades. D'Amico destaca que Hildegarda tenía cercanía con los teólogos cistercienses y que conoció la disputa entre Aberlardo y Bernardo de Claraval. Hildegarda comparte con Bernardo la aversión a los filósofos que someten las cuestiones divinas a la disputa y la argumentación, pero a la vez y a diferencia de Bernardo, tiene en muy alta estima a las artes liberales cuya enseñanza le fue vedada por ser mujer. Para Hildegarda, las artes liberales deben estar al servicio de la meditación.

En el cuarto capítulo, titulado “La visión como vía de conocimiento: imágenes, no argumentos”, D’Amico ilustra, a partir de la concepción de Peter Dronke, que las visiones que recibe esta teóloga conformarían una “concepción del mundo (Weltanschauung) imaginativa y espiritualmente fecunda” (p. 63). Así, todo conocimiento se obtiene por imágenes, pero a la vez toda imagen debe ser trascendida en busca de un significado profundo.

En el quinto capítulo, titulado “Dios: un tema de la filosofía”, D'Amico destaca que en las visiones de Hildegarda aparecen muchos elementos vinculados a la alegoría filosófica; así, su obra puede concebirse como un modo de especulación filosófica que se desarrolla a partir de imágenes. Las visiones de Hildegarda tienen potencia epistemológica; las imágenes sensibles se toman como símbolos y son interpretadas formando una trama conceptual rigurosa y coherente.

En el sexto capítulo, titulado “La Naturaleza como Teofanía: el Macrocosmos”, D’Amico nos presenta la concepción que tiene la filósofa sobre el mundo natural, la maravilla de la creación y los elementos teóricos y artísticos de sus visiones. El cosmos es una creación armoniosa de Dios, y cuando ese orden es vulnerado, se produce un desequilibrio a nivel “ecológico”. Pero algo sumamente interesante que D’Amico resalta en el pensamiento de Hildegarda, es el elemento de “fuerza vital o vigor (viriditas)” (p.106), un elemento vivificador de todo el universo, principio de movimiento, que ayuda a la conservación y propagación de las especies.

El séptimo capítulo, “El Ser humano como microcosmos”, está dedicado a explicar la antropología concebida por Hildegarda; el hombre y la mujer fueron hechos a imagen y semejanza de Dios, lo que los hace estar dotados de razón. D’Amico nos da el fundamento antropológico que determina la ética de Hildegarda; el humano posee en su interioridad la ciencia del bien y del mal, y su inclinación será determinada por la libre elección.

En el último capítulo, “Hablar y escribir, curar y cantar”, D’Amico nos cuenta que Hildegarda suscribía a una creencia según la cual Adán había perdido una lengua originaria, y que es posible que ella intentara reconstruirla, lo que va a llevarla a crear su propio lenguaje, ordenando de modo sistemático el mundo vegetal, mineral y animal y medicinal. La medicina de Hildegarda apunta a curar el cuerpo y el alma, estando en unión con el cosmos. La música en la obra de Hildegarda es central, pues será el puente entre lo material y lo espiritual, lo visible y lo invisible.

Como conclusión, esta nueva entrega nos permite adentrar, tanto al público general como a lectores con formación académica, a una pensadora de la edad media que hizo grandes aportes a las discusiones antropológicas y teológicas de su tiempo, abordando temas como la naturaleza humana, el cosmos, Dios, el arte y la medicina, cuyo legado es sumamente importante para concebir la concepción de la filosofía y teología en el siglo XII. Finalmente, son decisivas las traducciones y comentarios de D’Amico que enriquecen la compresión de esta intelectual y del resto de pensadores y pensadoras de la edad media, al igual que a las discusiones filosóficas de nuestro pasado y presente.

Publicación: 01 diciembre 2024



ediciones_y_fahce
Ediciones de la FaHCE utiliza Amelica Marcador XML, herramienta con tecnología XML-JATS4R de Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro desarrollado bajo la iniciativa Open Access